viernes, 1 de abril de 2011

Todos a bordo

Les contaré algo que es un poco turbio (del sinónimo pervertido) por lo anómalo de la situación.
Se pide comprensión anticartuchismo, altura de miras y bastante humor. También algo de envidia.
Ya saben ustedes de sobra, que las mujeres nos hemos revelado a un sin fin de cosas por darnos en la sociedad el lugar que merecemos. Años luchando por la igualdad de sexos, peleas constantes en distintos países para lograr el sufragio, huelgas interminables por regular sueldos, marchas en cualquier época del año por llevar a las mujeres a la política, etc. Agradezcamos a las valientes pioneras que se atrevieron a dar la contienda, para ser  lo que  hoy somos. Libres! Y dedúzcase también en todo y en el total sentido de la palabra sexo. Antes tan quedadas que éramos las féminas. Pero ahora, para atraer al macho alfa, nos las arreglamos con pequeños trucos o sacamos toda la artillería cuando alguno de esos nos mueve el piso al por mayor. 
No tengo la menor idea cuando terminé la tímida coquetería para dar paso de lleno a desfachatez misma de lo impropio.

Antiguamente andar en metro era tranquilo, rico, pacifico… Ahora parece ofensiva enemiga,  con empujones, pisoteos, codazos, unos cuantos garabatos por aquí y por allá  (hasta peleas) que hace de tu viaje la cosa más desagradable que hay. Para colmo no falta el viejo degenerado que se aprovecha de la situación y te agarra el poto a diestra y siniestra con toqueteos varios, pasando de un dedo a la mano completa o restregándose contra ti. Asco.
Eso pasa en todas partes la verdad.
Una vez un tipo me dio flor de agarron en pleno centro de Santiago, un agarron tan bien dado que si hubiese sido el de turno, lo disfrutaba hasta el éxtasis. Pero como era un enano picante, me bajó toda la furia india, me dí vuelta emputecida a increparlo y al darse cuenta de lo que venía, salió corriendo en medio de la gente. Saqué toda la garra deportista escondida en lo más profundo de mi ser, aproveché que mis piernas son más largas que la del pitufo (que ya me llevaba ventaja) y lo seguí calle abajo, gritando despavorida, atrápenlo, atrápenlo. Para suerte mía y mala suerte de él, el tipejo se sacó la cresta a mitad de su carrera. A esta altura, ya se había juntado un montón de gente a ver el espectáculo. Lo mínimo que le dije fue maldito, los epítetos más fuertes fueron cuando saqué a relucir a su madre en todas sus formas (no utilizaré el lenguaje soez para explicarlo).  Y no conforme con eso, lo agarré a patadas aprovechando que estaba en el suelo. Qué se cree el muy patán? Por lo menos que le sirva de lección para que no lo vuelva a hacer.
En fin, les decía que el metro se llena demasiado. De un tiempo a esta parte, vengo encontrándome en la estación, con el mismo hombre todas las mañanas (si vieran lo rico que está). Al principio nada fuera de lo común, a lo más su típicas miraditas de cabros quinceañeros despertando a la sexualidad. Como ya estaba siendo diario el asunto de encontrarnos y tomar el mismo tren, a las miradas, se le sumaron lassonrisas. Pero,  como ya les dije que soy tímida (créanme o por lo menos fínjanlo) y al parecer él también, ninguno ha dicho ni pío. No sé como me volví tan pajarona que no me atrevo a decir  palabra alguna. Se acuerdan de la canción ochentera esa que decía: “Y yo te ví en un tren y no pude ni siquiera decir hola”, para que lo entiendan, algo así es.  
Cierta mañana, entramos (como se nos estaba haciendo costumbre) al mismo carro, y quienes estaban detrás, nos empujaron, quedando pegados el uno con el otro (entiéndase que él quedó detrás de mí). El pobre hombre, quedó tan poco equilibrado que no tuvo opción  que afirmarse del fierro pasando su brazo por mi cintura. Mientras yo, teniendo mis pompas a la altura de su pelvis (aquí pónganle el nombre que quieran al miembro masculino), y su brazo rodeándome, no me quedó de otra que regocijarme del  vaivén del viaje, deseando obviamente que el tren se moviera más de la cuenta.
Oh! Sorpresa!
No digo que el asunto me excite hasta el desmayo, no, si tampoco estoy necesitada, ustedes saben, cuando se te mete alguien en la cabeza, hasta conseguir lo que quieres probar no hay quien te lo saque. Y elemental, se disfruta que un cuerpo cuidado como el de este hombre, quede pegadito junto al tuyo.
Deportista el cabro y bien dotado (por lo que se siente).

Que tiene?
Acaso no tenemos que estar aguantando a esas parejas que se besan y toquetean con desparpajo y sin recato frente a nosotros, pasajeros pulcros y decentes? Una cosa es ser caliente y otra muy distinta es ser exhibicionista.

Si les toca uno como a mí, disfrútenlo, hay que aprovecharse de las situaciones que nos presenta la vida…pero huyan de los viejos verdes.

Igual, aquí es el punto donde analizo el entuerto y lo encuentro bastante fuera de regla. Creo que voy camino al vicio. Sobretodo porque el asunto se repitió. Lo  normal sería que ya hubiésemos hablado, después de todo, le presté mi retaguardia y él su delantera, pero nada... Será mudo? No queda de otra que tomar la iniciativa porque hacerme la  de las chacras no me queda. Entonces, preparo todo, me visto bella (y lo soy), memorizo unas palabras para decir cuando lo vea, me armó de valor, avanzo dispuesta a sacar siquiera su nombre, imaginando todo lo que vendría después... Sexo casual (no por nada me puse vestido, así es más fácil, lo saben). Y cuando llego a su lado, abren las puertas y los muy malditos apurones que no quieren llegar tarde a su pega, me empujan de tal forma que quedé en mitad de la multitud arriba del tren…y él abajo. Ni siquiera le alcancé a sonreír. Más encima me quedé con las ganas por la chita (léase, chucha, cresta, csm o lo que quieran) y a mí que me encantan las cucharitas.
Mejor así. Pienso. Buscando toda clase de excusas y tildando la situación como libertina y burda.
Quizás mañana sea el día.

1 comentario:

  1. has escuchado esa cancion que dice: era muda, era muda la mina era muda, nunca dijo, nunca dijo, nunca dijo nada...(8)
    en esta vida como me dijo una amiga bieeeen pisicologa para sus cosas como diria mi lovelove, no hay que perder el tiempo, esas cosas no pasan todos los dias, feeling le llaman algunos, so sexy como diria yo, es rica esa sensacion, es más, hay amigas que te dan confianza pa contaR todos aquellos detallitos sabrosos de historias wenas que no se repiten siempre¡¡¡
    Lo mas entretenido de todo es cumplir lo que deseamos, aquellas locuras, no pensar en: me gustaria tal cosa, cumplirlas, femme fataL, estamos en la new era no? la mujer sin pudor, sin desparpajo, sin limitaciones, bienvenida realidad, la que no esta en esa epoca que se preocupe.

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