jueves, 2 de junio de 2011

Inocente hasta que se demuestre lo contrario

Se han dado cuenta que  hay ciertas cosas que en su momento no logramos identificar, que por alguna razón no encontramos la palabra adecuada para ponerle nombre?
Esas cosas las vamos haciendo parte de nosotras mismas, simples señales que dan pie para cuestionarnos, para cambiar algo de lo que somos y como somos, lesionan tu autoestima y se transforma en ocasiones en una molestia casi asintomática, deseando inadvertidamente calzar  en el prototipo de un externo (la mente es taaan frágil) y puede pasar en cualquier etapa de nuestras vidas…Quizás por ello, estuve su buena cantidad de tiempo pensando de mí algo que definitivamente no es cierto…

No es cierto. Y mis amigas me subieron al banquillo intentando que confesara, que les diera algún indicio de algo para poder burlarse o pelar. 
Ya con sus buenos cortos de tequila en el cuerpo, mi fiel cigarro entre los dedos y los ojos de estas mujeres puestos sobre mí, hago mi mejor papel de mujer indefensa, débil y desprotegida y en forma vehemente alego inocencia.

…No era yo, lo juro!

Como todas sabemos, existen dos cosas que nos gusta hacer en reuniones de mujeres (aparte de comer, fumar y beber), la primera es querer saber absolutamente todo en el copuchenteo habitual de estas juntas y la segunda, después de saberlo, comentarlo.

Que feo caer en comparaciones niñas, no puedo hacerlo- Les digo para cambiar el tema y no seguir como chivo expiatorio.
Y ellas siguieron.

Pero si tú ya eres inmune, confiésalo, algo te debe haber molestado, algo debes haber querido cambiar de esos individuos…o ellos de ti!

-Cambiar nada. En lo menos que me fijo de un hombre es la apariencia. Es cosa de enumerar a los susodichos y ver lo distintos que han sido. Ya saben, en la variedad está el gusto. Gordos, flacos, pelados, peludos, lindos y feos, lo único que han tenido en común es el metro ochenta. Cada uno fue importante (que linda)

-Pero uno de todos te que marcó cierto? Me preguntan, con una sonrisa maquiavélica que casi veo al demonio…o quizás el tequila estaba haciendo efecto…

Sí. La verdad es que hubo uno, no solo el que más he querido hasta ahora, sino,  el que abiertamente me acomplejó…ya las dije, la mente es frágil, sobretodo con lo vulnerable que solemos ser en ocasiones.
Floja me decía. Yo, con el humor sarcástico que me caracteriza, le daba la razón y lo admitía.
En cierta medida era innegable, porque tenía una actitud pasiva y le dejaba toda la pega. Como la típica mujer que parecía más bien una muñeca que persona, me dedicaba prácticamente a disfrutar (sin mucho cargo de conciencia la verdad y con la media sonrisa). Y lo raro es que quedaba adolorida por días como si hubiese corrido una maratón de incontables kilómetros, sin haber movido siquiera un dedo. Y por alguna razón cuando era yo quien llevaba la batuta, me cansaba con facilidad. Culpé al cigarro y a la vida sedentaria. Entonces, me acomplejé con la idea de que para tirar era una floja. No es responsabilidad de él, obvio, claramente es una cuestión que yo alimenté (total, lo pasaba bien igual). Pero cuando cambié pareja, a alguien físicamente distinto, más bien, totalmente distinto, la cosa se puso buena.
Al ser el anterior una especie de vikingo (cien y tantos kilos) y con la cantidad de tiempo que se demoraba (un prodigio) soportar su peso por tanto rato, me dejaba hecha nada. No digo que no lo disfrutara, al contrario, en el momento no sientes peso ni dolor, porque estás tan metida en la faena que no piensas en nada más, que en llegar a la meta. Pero después, me dolía el pecho y espalda para respirar, caminar era absolutamente doloroso y subir escaleras ni les cuento! (Merezco una condecoración por valentía!).
Pero el punto no es ese. Por qué razón no podía encontrar la posición correcta y hacerlo yo? Se puede perfectamente, si hay tantas formas de ejecutar el acto sexual! . Pero como no había demasiada comunicación y yo poco atinada, nunca me di cuenta hasta que llegó fulano (y mengano). Huuuuuuuuuy  se me cae la baba. Entones descubrí la falla:
No era yo, era la panza del chiquillo!!!
Esa amortiguaba movimientos sin permitir que hiciera bien la pega y esforzarme era inútil puesto que tenía “una pared” que me impedía llegar “más allá”. Así, quedaba muerta sin haber logrado mucho que digamos…en otras palabras no podía….ooh que pena 
(Ahora pregúntenme qué tal es el asuntito, la cara de risa no me la quitan!)

Es cierto, nadie es perfecto. La clave está en tener el control de ti misma sin dejar que una opinión determine o cambie  siquiera una milésima de lo que eres, de lo que quieres hacer, a menos claro, que evoluciones, que sea constructivo. Que se hable el asunto. Así restableces los  vínculos, hay nuevas ideas, cambias el modus operandi para que el tema no sea tan mecánico y estás dispuesta a experimentar cosas nuevas. Pero si te están diciendo a cada oportunidad, algo que no te gusta, plantea el asunto, cambia la perspectiva y mejoren, no lo tomes como algo personal, la comunicación es primordial  y si definitivamente no la hay, Au Revoir.


Concluyendo,  no hay que quedarse en la “zona cómoda”, tampoco se trata de dar lo que  él espera, ni esperar que él adivine lo que quieres (eso no es posible). Hay que pelear como se debe.
Pero machos, nadie pide un cuerpo perfecto, porque juro que eso es secundario, incluso nos gustan bien maceteados, pero si puede, por favor póngase a dieta  y baje la guata.  
Prevengamos juntos la artritis reumatoide en las féminas!
Gracias.

2 comentarios:

  1. NOTABLE jajajjaj es cierto, nos gustan maceteaditos, aunque los flaquitos tbn tienen lo suyo, me encantan, claro que OLIVDATE en fijarme en uno panzon, nooooo, nada de sexy, aunque quizas si tuviera una personalidad envolvente, pero solo quizás.
    en todo caso, los tipos gordis tienen la media suerte de que una niña very nice (ups olvide que te cargan que hablen mitad ingles, mitad español) en fin una niña linda se fijen en ellos, que suerte que tienen jejejeje y bueee como dijste en la historia anterior DISFRUTEEEEN jajajajajaja.
    Besos linda, me encanta leerte.

    ResponderEliminar
  2. So sorry jajaja
    Hay que tener en cuenta que la apariencia es lo de menos. Lo de verdad importante es, a lo Closs de Pirque: la calidad va por dentro. Da lo mismo el resto y en serio, es fenomenal hacer el amor y hay una diferencia enorme entre eso y solo tener sexo. Pero si lo de adentro falla, facilmente nos encontraremos decepcionadas. La vida y las personas son mucho más de lo que vemos solo por fuera. Yo felíz con alguien feo,pelado, gordo, lleno de espinillas y hasta pelos en la espalda, pero que sepa lo que realmente importa. Y como sabemos, hay una línea que separa enormemente a un hombre/mujer de alguien común y malo del alma como decimos nosotras y eso es poder ver a la cara al resto asumiendo lo que somos y aquí la apariencia sale sobrando.

    ResponderEliminar