martes, 16 de agosto de 2011

El tiempo dirá...

Si cierras los ojos y descubres que en el fondo de tu ser aquello aún está ahí…
Si miras dentro de ti y bajo toda esa fortaleza que has demostrado conforme pasa el tiempo, notas que todavía quedan lágrimas por derramar y sigues esforzándote para  continuar la vida, con la entereza que caracteriza a quienes ven el fracaso como parte del éxito…
Si al ver tu imagen reflejada en el espejo, entiendes que el tiempo no ha pasado en vano y a pesar de tus emociones contenidas, te aseguras con convicción que todo tiene una razón de ser…
Si canalizas tu energía para sonreír, esperando una respuesta que quizás nunca llegue…
Si las duras lecciones de la vida te han llevado a sentir empatía  por quienes viven día a día con el dolor de una pérdida, de un adiós, de un error…
Si sientes que tras cerrar  el capítulo, las heridas aún no han sanado del todo y sigues viviendo, luchando, mejorando y dando todo de ti misma para hacerlo bien…
Si algunas noches has sido presa de amargos desvelos…
Si en el camino para reparar tu alma, te has descuidado, desvalorizado…
Si renunciaste a lo que ya no está y tomaste la decisión de dejar de mirar el pasado, de vivir en él y te has llenado de coraje para hacerlo pero aún hay algo que falta…
Si una vez más ha llegado la hora de juntar los pedazos de tu corazón destrozado…
Si te has sentido sola, defraudada, a oscuras…
Si te algunas noches cuando todo calla, te sientes perdida…
Si has tocado fondo…

Debes saber que a veces la vida suele sorprendernos de formas tan inesperadas que no sabemos como reaccionar, como seguir el camino, no sabemos qué hacer o como avanzar y se agotan las fuerzas. Pero necesitas darte la oportunidad, el permiso de llorar. No existe atajo alguno para superar las experiencias que no nos agradan, por eso, no reprimas lo que duele, no lo guardes ni detengas las lágrimas que braman por salir. No le tengas miedo a tus emociones y no las esquives.
Nadie nos enseña a manejar  la frustración de un amor fracasado, el dolor de una vida perdida, nadie nos dice qué hacer frente a las cosas que no podemos cambiar. Así que llora.  Transforma tu pena pero no la detengas. Llora hasta sentir que quedas seca que no te quedan lágrimas  y cuando hayas botado esa tristeza, deja atrás las preguntas, deja atrás lo que hiere, recupera la garra, busca los valores que te mantienen en pie y has que la vida funcione. Puedes. Te lo debes a ti misma, a quienes están contigo, a quienes estarán.
Quedan muchas cosas por hacer aún, no te paralices y vive.

Es cierto. Todo lo que vivimos deja huella, quizás cicatrices. Sin embargo,  para bien o para mal, tienes el poder de cambiar  el rumbo. Despierta tu conciencia y créelo. Somos protagonistas de nuestra historia y también las encargadas de escribir el guión.
Extiende los brazos y  respira profundo. Te darás cuenta que todo pasa, es cosa de tiempo y esto también pasará.
No olvides que eres importante. Eres parte de algo grande. Y nosotras hacemos de la vida una constante crónica porque realmente (y nos lo hemos ganado a pulso) Somos el sexo fuerte.
                              

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