viernes, 12 de agosto de 2011

Adidas, nike? No lo recuerdo, pero Imposible is Nothing

La vida toma rumbo distinto al que espero...
Tuvieron o tienen un amor platónico?
De esos que los ves y te roban el aliento, imaginando todo tipo de cosas mamonas y otras bastante subidas de tono? 
Desde hace varios años que existe alguien con el que me paso todo tipo de rollos, lo veo pasar y es suspiro seguro. Un buenito del alma, caballero, inteligente.  Habla y me tirita todo tan solo pensar que me equivocaré en la respuesta. Un Lapsus línguae como diría el profe campusano. Con él, trato de elegir las palabras adecuadas, casi en un discurso monótono para no caer en el nerviosismo que me provoca verlo. Antes lo evadía, mirándolo desde lejos porque claro, el riesgo emocional que significa meter la pata frente al tipo que te gusta, es para renunciar a la pelea. Y a mí los nervios me juegan en contra (ya les dije antes que soy poco atinada). En serio, apenas él da luces, es para decir cosiiiiita o como una muy buena amiga mía y sus frases salidas de  protocolo: “CTM el mijito rico”. Como yo soy educadita (o quizás weoncita) no expreso tan espontáneamente como un hombre me sube la libido, a menos que estemos en la faena amatoria. Pero cuando te abraza- por el motivo que sea- (generalmente es solo un saludo cariñoso) con el corazón a mil quieres detener el tiempo para seguir sintiendo su cuerpo junto al tuyo esperando una conexión más profunda (en todo sentido de la palabra).  
Nunca falta la ocasión en que nos pasamos el rollo de que el tipo milagrosamente se está enganchando y encontramos claves encubiertas en cualquier cosa que dice o hace empezando a descifrar gestos y ademanes, estudiando el lenguaje corporal del sujeto, previendo con ello, conjugaciones que por lo general no existen y soñando con el día en que tendremos su compañía en la cama.
Las mujeres somos así. En mi caso, muy en el fondo soy romántica. Sigo recordando por ejemplo una puesta de sol en la playa, bailando un lento, dormir pegada a quien amé, compartir cosas triviales, detalles mamones como caminar de la mano en un parque, soñar con el futuro, escucharlo hablar  de lo que le gusta, de sus proyectos, etc. Y la verdad es que soy tan contraria a la regla que hay algunos que piensan que mi “frialdad” o sarcasmo, no se me quitan con nada. Pues bien, aclaro que por muy cabrona que sea una mujer, siempre (y digo siempre), disfruta de un poco de romance. Porque es cierto, nos gusta divertirnos un poco (o mucho) y aunque lo neguemos de rodillas, todas tenemos un semental al que convertimos en príncipe azul (Y sabemos que no existe).
Por eso, confieso que él me quita el sueño.  En un momento dejé pasar la oportunidad por negarme a creer que era real.  Ni pensar siquiera en tener algo con el individuo, chasconearlo un poquito. Tampoco es llegar y tomar la iniciativa como es costumbre en algunas de nosotras con ciertos ejemplares del sexo opuesto (gracias liberación femenina!), muy califas podemos ser, pero seguimos creyéndonos o haciéndoles creer que somos señoritas (de día), no ven que ellos las prefieren mosquitas muertas. Claro, si tú te adelantas, después te dan apelativos como jote, caliente, promiscua, casquibana, puta, cagá de la cabeza o lo que se les ocurra a esa mente básica que tienen determinados machos. Con eso memorizado,  algunas nos vamos tranquilitas por las piedras, total, tiempo tenemos y seguridad nos sobra.  Además nada se pierde con probar. Y funciona.
En serio, no perdemos nada con tantear el terreno, lanzar indirectas quizás entre bromas con un golpecito pequeño en la espalda o una agarradita de brazo, sacarle la pelusita que justo la tiene en el pecho (en el cuello si es que tenemos más suerte), utilizar esas cosas tan re viejas e inocentes (pero efectivas) y  así ver que tan recíproco es el asunto, si se puede llegar a primera base o de plano olvidarnos por completo de hacerle los puntos al espécimen soñado.
Ahora bien, no hay que ser tan cara de palo y decir todo por su nombre, no, mensaje subliminal es más recomendable. Si el chiquillo tiene las neuronas bien puestas, captará el mensaje y se podrán sacar  conclusiones.
Lo que sí quiero dejar en claro, es que nada es imposible, nada es tan inalcanzable para frustrarnos antes de intentarlo o para postergar lo que queremos, nada ni nadie puede decirnos qué hacer y que no, y mucho menos, que no somos capaces de lograrlo. Lo que sea que te propongas, puede resultar siempre y cuando estés convencido que se está dando lo mejor de si mismo en cualquier ámbito que se pueda imaginar, eso,  siempre y cuando no ponga en peligro tu vida, tu dignidad o la de alguien más. Suena a psicología barata pero es absolutamente cierto.
Créanlo. Y para que lo sepan, lo platónico, sea un amor o algo más, está más cerca de lo que esperan, si no, pregúntenme, estoy casi que lo alcanzo.

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